La renovación de nuestra casa continúa. Irmgard está totalmente comprometida en convertirla en un hogar.
En agosto hicimos un alto en esta actividad y viajamos a Lima. Vivencias que son inolvidables. Reencuentros muy emotivos con compañeros de la Universidad de Lima y de mi colegio San Andrés constatan que los años pasan pero el cariño fraterno perdura.
En otro ámbito, palpo la indignación por la corrupción que se ha mestatizado en el sistema judicial del país. Esta corrupción ha sido gráficamente revelada por valientes periodistas de investigación. Periodistas y las buenas plumas que tiene el país alertan también sobre corrientes de xenofobia en contra de la inmigración venezolana. Estos dos temas son objetos de artículos que ya he subido bajo el rubro Ensayos y Artículos.
Por último, he visitado varias veces a mi Tío Antero. Recordarán que escribí una crónica sobre él y que se encuentra publicada bajo Relatos Humanos. Feliz les informo que, mentalmente, los años retroceden. Parece un hombre de 58 y no 98.
Gracias.